miércoles, 20 de junio de 2007

Sobre la obsesion


Tengo un encargo diseñístico aquí en la pega de proponer el arte de una nueva revista magazine que se regalará por aqui, el sector de Providencia. Recolectando material en la web para maquetear, me topé con un pequeñito artefacto con el cual casi lloré. Habia oído hablar del Motorola V3 de D&G, pero cuando lo ví, quedé perplejo.

Y sin pelos en mi luenga (si, luenga), reconozco que el tal gadget ese se ha convertido en mi última obsesión. Como cuando lo fue el Black XS o el dvd de una tal Madonna creo... el Confessions. Es chistoso lo que producen ciertos pequeños productos en las personas. Cinco años de carrera me explican que mucha de esa obsesión responde a estímulos ligados al status, a la apariencia, a la vista inicial, al querer ser, etc, etc. Quizás. No sé... A lo mejor somos más fáciles de definir de lo que la filosofía cree. El tema es que el Motorola ese (como dice una gran amiga mía), me hizo "chuams". Y cuando las cosas hacen "chuams" en diseño, son bakanes. Punto.

El tema, sin embargo, es cuando ese "chuams" se nos aparece a cada rato. Cuando nos recuerda que eso tan lindo que está ahí no lo tenemos. Cuando el "chuams" nos obsesiona y no nos deja tranquilo hasta que sacamos la tarjetita y pagamos en tres cuotas precio contado la cosa esa. Ahi viene el "chuams" grado 3. Y después... se va.

A mi me gusta gastar en cosas con las cuales difruto, independiente cuando dure el goce ese. Tanto trabajar pa pagar cuentas y cargar la BIP hacen que obsesionarme con algun aparatito me parezca incluso justificable. Yo no soy marquero (la firme... en serio. Los que me conocen lo saben bien); de hecho, me río mucho del efecto marca en las personas. El tema es que gran parte de las obsesiones que encuentro van ligadas a un sello específico. Una marca X... Me da lo mismo si la chaquetita la pillo en Paréntesis o en la feria: el tema es que me obsesiona una chaquetita. Pero bien sabido es diseño es también que las grandes marcas están tan apernadas en nuestras neuronas que... bueno, que le vamos a hacer.

Por ahora, esperar. Esperar fin de mes, pagar todo y juntar las chauchas para que mi nueva obsesión alcance grado 3. Tengo ganas de llamar desde ese telefonito... Ojalá el grado 3 me dure harto... o hasta que algun flaite ladrón salga corriendo con mi sacrificio y mi oreja incluida.

Escuchando:
Amy Winehouse

Leyendo:
El Gráfico

Comiendo:
Galletitas Gran cereal

Viendo:
Casino Royale